(en Cristo) pasaron a los romanos la tradición de que ellos debían profesar a Cristo pero guardar la ley.… No se debe condenar a los romanos, sino alabar su fe; ya que sin ver ninguna de las señales o milagros y sin ver a ninguno de los apóstoles, aceptaron sin embargo la fe en Cristo, si bien de acuerdo al rito judío”. Aunque este testimonio no es tan antiguo como alguno de los otros, parece retrotraerse a una tradición genuina, ya que no trata de apoyarse en Pedro ni en el uso de milagros. Que
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